Ya vimos en la anterior entrada de la Fijación de Precios en función de los Costes cómo debíamos fijar un precio de venta según los costes originados, ahora veamos si es el precio adecuado en el mercado.
Una buena base sería la experiencia propia (know-how) de la empresa, pero a veces, por no decir nunca, no se debe dejar la fijación de precio a nuestro pensar. Es muy posible que se quede fuera de mercado. Y no es porque seamos caros, sino porque el consumidor, a parte de valorar el precio, valora otras partes intrínsecas que le produce el producto, como son las sensaciones o valor añadido.
Y es que un producto debe tener una fijación de precio en base a tres pilares, los cuales nos dictara el beneficio bruto por unidad
Fijación de precio = Coste + Beneficio = Precio + Valor = PVP
Esa son las partes que se deben de investigar. Y no hace falta un estudio de mercado, simplemente utilizando un arma, el chequeo de la competencia. Ver si nuestros precios están al mismo nivel, y comparando el producto. ¿Sencillo verdad? Pero no todo es oro lo que reluce. Debemos conocer que impacto le causa al consumidor para que su elección sea un producto competidor en lugar de escoger el producto de nuestra empresa.
Entonces es cuando se toma la decisión de
1- aumentar precio (desnatar)
2- mantenerlo (competitivo)
3- bajarlo (demanda)
La elección de una de las 3 vías es la que nos dará el PVP final.
1- Si ‘desnatamos’ el precio aumentaremos nuestro margen de ganancias.
2- Si lo mantenemos estaremos compitiendo en el lineal.
3- Si nos dejamos arrastrar por la demanda es muy posible que nuestro beneficio se vea afectado, y que el producto entre directo a ser reconocido por un consumidor como un ‘commodity’.
Y esta es la ‘rueda’ en que todos los empresarios, directivos y altos ejecutivos entran para buscar la máxima rentabilidad. No es fácil, un paso mal dado puede dar como resultado efectos negativos sobre la marca, ya que según se posicione, puede dañarla y ser difícil reconducir otra vez al consumidor para que la acepte tal como habia sido concebida.
[…] Si entramos en mercados ya maduros, con productos estables, algunos ya en declive, se hace más difícil aumentar el tamaño de la empresa, tanto en clientes como en ingresos. La única vía que se les viene a la cabeza es la de buscar nuevos clientes. Pero, ¿que pasa con los que ya tiene? La inmensa mayoría de las ocasiones, se les ‘olvida’ que actualmente son la generación de ingresos que mantiene la sostenibilidad de la empresa, incluso la rentabilidad. […]
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